Ahora también podemos casarnos... en Islandia

Mientras en Argentina se sigue debatiendo si aprobar o no el matrimonio, si asignar un nuevo nombre o no a la unión entre personas del mismo sexo, si podremos adoptar o debemos conformarnos con un perro, Portugal aprobó la ley de matrimonio y lo mismo hizo Islandia, ese pequeño país al noroeste de Europa, del que pocas veces oímos hablar.

El pasado viernes, el "Althingi" o Parlamento islandés, votó de forma unánime cambiar la redacción de la ley e incluir en la definición de matrimonio, una unión entre "hombre y hombre, mujer y mujer", además de la concepción tradicional.

Islandia, la nación de 320 mil habitantes cuyo volcán casi lleva a la bancarrota a varias empresas de aerolíneas, no debe ser recordada sólo por bañar de cenizas los cielos europeos. El año pasado, se convirtió en el primer país que elige a una Jefa de Estado abiertamente homosexual.

Estoy hablando de la socialdemócrata Johanna Sigurdadottir, quien se convirtió en primera ministra después de ser nominada por su partido.

"No ha sido un gran tema en la política nacional, no ha sido controvertido", dijo Gunnar Helgi Kristinsson, cientista político de la Universidad de Islandia. Además contó que la orientación sexual de Sigurdadottir recibió más interés de los medios extranjeros que de los locales, cuya actitud hacia gays, lesbianas y transexuales se ha vuelto cada vez más relajada en los últimos 30 años.

El clero protestante de Islandia aún tiene que decidir si permitirá los matrimonios del mismo sexo en sus iglesias, aunque la ley dice que "los ministros siempre serán libres para celebrar ceremonias de matrimonio (homosexuales), pero nunca obligados".

Los países principalmente protestantes del norte de Europa, como Suecia, Noruega o Dinamarca, han apoyado alguna forma de unión civil entre parejas del mismo sexo pero, como ya sabemos, el tema genera más controversia en los Estados católicos mediterráneos.

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