Cerrada la entrada al reino de los cielos

"Uno no nace homosexual sino que se convierte. Por razones diferentes, de educación o porque la propia identidad no se desarrolló durante la adolescencia. Puede que no sean culpables, pero actuar contra la naturaleza y la dignidad del cuerpo seguramente no les garantiza entrar al reino de los cielos."

No es un chiste, es lo que dijo el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, ex ministro de Salud del Vaticano, después de citar la carta de San Pablo a los Romanos. En realidad, no sabemos si él realmente lo cree o sólo repetía lo que alguna vez escuchó: "Los homosexuales y transexuales no entrarán jamás en el reino de los cielos y no lo digo yo sino San Pablo".


Podemos quedarnos tranquilas porque, a pesar de considerar la homosexualidad como pecado, el purpurado no justifica la discriminación hacia nuestra comunidad porque cree que Dios es el único capaz de juzgar al hombre: "Nosotros, en la Tierra, no podemos condenar y, como personas, tenemos todos los mismos derechos". Sin embargo, parece que como cristianos, heterosexuales y homosexuales no tenemos los mismos derechos: lesbianas. gays, bisexuales y transexuales no accederemos "al reino de los cielos". Allí descansarán personas que dedicaron su vida a la Iglesia y a interpretar la religión de acuerdo a sus intereses.

Por suerte, todavía existe gente en el Vaticano dispuesta a defendernos de algunos fanáticos. El padre Federico Lombardi, vocero del papa Benedicto XVI, explicó tras el desafortunado comentario del cardenal Lozano: "Hay que evitar toda discriminación injusta". (¿A qué se refiere con injusta? ¿Acaso existe la discriminación justa?)

Y después la embarra un poco más al aclarar que el Catecismo de la Iglesia califica como "desorden" cualquier acto de homosexualidad. Tras considerar que "un número no insignificante de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales innatas", Lombardi invitó a la comunidad cristiana a tratarnos "con respeto y compasión". (¿Compasión por qué?)

Pero no todos son iguales, cada vez hay más organizaciones religiosas en defensa de la diversidad sexual. Marta Lamas, presidenta del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) lamentó que Lozano no sienta pena ajena al decir tal barbaridad y agregó que seguramente se ha de sentir San Pedro para determinar quién puede o no entrar al cielo. También apuntó que la jerarquía católica debería reconocer que dentro de la propia iglesia, hay obispos y sacerdotes gays, en lugar de lanzar este tipo de declaraciones homófobas y discriminatorias.


Armando Franco Ordaz de la agrupación Cuenta conmigo, diversidad sexual incluyente, también criticó los dichos y llamó a la Iglesia católica a dejar de manipular la palabra de Dios a la conveniencia de su estrecha visión de la sexualidad. Señaló que como creyente católico considera que estas afirmaciones, hechas por la jerarquía eclesiástica, intentan imponer la visión de un Dios diferente al presentado en las escrituras.
¿Aún no te has dado cuenta de quién es el cardenal Javier Lozano Barragán? Siendo ministro de Salud del Vaticano, había calificado como un "asesinato abominable" el haber retirado la alimentación artificial a una mujer que hacía 17 años estaba en coma vegetativo. En ese entonces, ya había generado fuertes reacciones en Italia.